10/4/09

La Matahombres

Cuentase que hubo un lugar, donde la gente hablaba, se conocian, se mentian recíprocamente, y sobre todo se fingia mucho, eso sí, sobre todo, figurar de lo que no se es, es al parecer, allí un mal endémico común a estos lugares, que algunos llaman ciberlandia (esto de algunos soy solo yo, claro está)
Pues bien; en ese lugar, había (y aún hay) al parecer una dama, llamemosla así. Ella pensaba que era, como aquella gallina de la fábula, que poseía el mejor plumaje de todas, y por tanto el centro de todas las miradas, llamar la atención, era mas que su virtud... su defecto.
Si por ella fuera, sería el niño en el bautizo la novia en la boda y el muerto en el entiérro.Cuando alguién le pedía hablar, se le insinuaba, o tan sólo le saludaba por simple cortesia, ésta lo confundía con un intento de seducción. Rauda y feliz iva a gritarlo al gallinero, (es una metáfora, quiero decir a la sala o chat) y si en algún caso hubiéra existido conversasión lo reproducía también, sólo lo que a ella le interesaba, por supuesto.
Así, procuraba ridulizar a esa persona , la que fuere, pero si era varón, mejor que mejor. _"Que guapa soy, que irresistible y sobre todo que requetechúla..." pensaría ella en sus adentros, de sí misma.
Pero héteme aquí, que llegó un truhán de antigua usanza, que por nuevo, y nada mas que por eso, destacaba en aquella escasa caja de grillos, (otra metáfora) además, saludaba por doquier, y correspondido era.
Y saludó también, ¿como no? a la gallina emplumada de estridentes colores. Esta salió, como era su mala costumbre, a airearlo, por toda la granja. ¡ A mí! ¡me a saludado a mí! ¡y a solas! Los demas, de forma discreta y casi a hurtadillas, pusieron sobre aviso al simpatico y nuevo pollo,de las malas artes de aquella dama engreida.
En vista de esto, el truhán le dijo delante de todos y cuando mas personal había en el corral, a la creída, (pero en realidad acomplejada narcisista gallina) las tres verdades del barquero.
Esta, no acostubrada a tal gallardía, trató, por todos lo medios posibles que le expulsaran de la granja (entiedase, sala) ¡pero no!, no pudo ser, esta vez no consuigió su propósito, encolarizándose mas y mas aún, conciente de que la situación se le iva de las manos, causandole fustración.
De lo cual,el truhan era felicitado por muchos y muchas en privado ¿y en público porque nó?... E incluso le animaban a que la dejara en su lugar, es decir en el mismo lugar que ocupaban todos y cada uno de los demas en esa granja; al nivel que le correspondía.
Aquella cura de humildad, surtió efecto, y élla pidió por medio de un ¿amigo? ¿o impersonal peléle? le cocediera un "privi" (así se denomína hablar a solas,en estos lugares) cosa que el truhán desechó,. y dándole a probar su própia medicína, a la creída y egalanada gallina,lo hizo público en el corral a la mañana siguiente, como tantas veces la mal educada plumífera había echo.
Moraleja: "La vanidad, es un defecto común en los mediocres"

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